Dejo que se quede
Se veía tan inocente ahí dormido, se notaba
que estaba cansado, ¿que ganaba yo diciéndole que se fuera?, él estaba borracho
y era un peligro si se iba manejando solo, además, dormido no me haría ningún
daño, decidí que se quedara, ¿Quién me iba decir algo?
A la mañana siguiente me desperté con mucho
dolor de cabeza, me tome una aspirina y baje a revisar que todo estuviera bien
con Santiago. Resulta que todo estaba más que bien, él estaba acomodado en el
sofá con los pies encima de la mesita, viéndose un partido de futbol por
televisión, me debí sentir molesta pero la verdad es que no, me senté al lado
de él y le pregunte que si recordaba algo de anoche, me dijo que si, que estaba
muy feliz porque lo deje quedar, se levantó para ir a la cocina, cogió las
llaves de su auto me dio un beso en la mejilla y se fue.
Me quede ahí en la puerta de la casa viendo
como su carro se alejaba, lo deje ir sin preguntarle siquiera su apellido o su
usuario en Instagram o Facebook.
¿Qué me pasaba? Lo hubiera dejado ir y ya, me
hubiera evitado tantas cosas, pero fui yo la tonta que lo busco, fui yo la que
lo tentó y por mi culpa es que me paso todo lo que me paso.
Esa mañana le escribí a Diana preguntándole
que iba a hacer esa noche o si sabía las personas con las que salimos ayer
donde iban a estar, ella dijo que probablemente irían a un café rock por el
Norte de la ciudad, me advirtió que no me fuera, el ambiente era muy pesado y
que al día siguiente teníamos que ir a estudiar.
En la noche me puse un vestido negro, unos
tenis, cogí un taxi y fui al café rock que me había indicado Diana, estaba lleno
a pesar de que era domingo, cuando logre entrar, no sabía qué hacer, la verdad
no distinguía a nadie del lugar, pedí una soda y me senté en la barra, ya me
estaba arrepintiendo de ir a ese lugar solo por buscarlo.
Estaba terminando mi bebida para pagar,
cuando el bar tender me paso un trago que yo no había ordenado, le dije que se
había equivocado de persona, entonces, me señalo una mesa al fondo del café, y
ahí estaba Santiago sentado mirándome con una sonrisa, se acercó a mí, me
pregunto qué hacía ahí, en ese sitio sola, me invito a la mesa con sus amigos,
todos estaban fumando cigarrillos y no sé qué más cosas, Santiago me dijo que
ellos ya se iban del sitio, que los acompañara a un lugar más privado que iban
a hacer algo que probablemente me iba a gustar.
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