Lo despierto

No lo conocía de nada, no sabía ni siquiera su apellido o cuantos años tenía, además, Diana me había dicho que tuviera cuidado con él.
No sabía qué hacer para despertarlo, se notaba que estaba en un sueño profundo. Hasta que se me ocurrió la idea de ir a la cocina llenar otra vez el vaso de agua que antes le había servido y echárselo en la cara, Santiago se levantó de un salto y con la cara más chistosa que yo hubiera visto me pregunto que donde estaba, le dije que se había quedado dormido y que se tenía que ir, me miro como un niño regañado y haciendo pucheros dijo que lo dejara quedar, que se encontraba muy cansado y aunque realmente se veía tierno, yo ya había tomado una decisión y no iba dejar que se quedara.
Cuando el entendió que yo no iba a ceder, me agradeció, me dio un beso en la mejilla y se fue, yo me puse la pijama y me acosté.
A la mañana siguiente tenia demasiado dolor de cabeza, por eso prefería no tomar alcohol cuando salía, saque una aspirina de la pieza de mis papás, baje para desayunar algo y vi que algo escrito con marcador negro en el vaso que había utilizado esa mañana con Santiago, decía hermosa gracias, también tenía un numero escrito y por obvias razones era el de él.
No lo pensé dos veces para decirle hola y escribirle que, para darme el número no necesitaba rayar los vasos de la casa, me respondió enseguida y sin siquiera preguntarme como estaba me invito a una fiesta que estaba organizando esa misma noche por el cumpleaños de su mejor amigo en su casa, a pesar de que el día siguiente ya era lunes y yo tenía que ir a la universidad. 


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